Labor del logopeda tras un ictus

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Un ictus es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre y oxígeno al cerebro.

Popularmente también se le conoce como accidente cerebrovascular (ACV), embolia o trombosis.

Existen dos tipos principales de ictus: ictus hemorrágicos, aquellos que se producen cuando un vaso sanguíneo se rompe; e ictus isquémicos, aquellos que son originados por la obstrucción de un coágulo de sangre (trombo) que interrumpe el flujo sanguíneo.

En España, cada 6 minutos se produce un ictus.  Es la tercera causa de muerte en hombres y la primera en mujeres, siendo también la primera causa de discapacidad en adultos.

¿Cuáles son las causas?

Existen una serie de factores que no son modificables, como la edad (a partir de los 55 años es más frecuente y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad), el sexo o los antecedentes familiares. Por otro lado, hay factores de riesgo modificables como: hipertensión, tabaquismo, consumo de alcohol y drogas, obesidad, síndromes metabólicos u otras enfermedades cardíacas.

¿Cuáles son los síntomas de un ictus?

Podríamos estar sufriendo un ictus si repentinamente notamos una dificultad para articular las palabras, una pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, cara o brazo; hormigueos en la mitad del cuerpo; dolor de cabeza repentino; pérdida súbita de la visión o sensación de inestabilidad intensa.

¿En que puede ayudarte un logopeda tras sufrir un ictus?

En España, dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus presentan algún tipo de secuela, la cual puede afectar al lenguaje, a la deglución o al habla.  Para todos estos casos es muy importante ser valorado por un logopeda y comenzar la intervención lo antes posible, ya que los primeros meses son cruciales en la recuperación.

  • Rehabilitación del lenguaje: los pacientes pueden presentar afasia.  La afasia es un trastorno del lenguaje que puede afectar a la expresión, comprensión, lectura y escritura. Suelen presentar anomia (dificultad para nombrar los objetos), producción de oraciones sin sentido o dificultad para comprender lo que les estamos diciendo.
  • Alteraciones en la deglución (disfagia): entre el 22 y 65% de las personas que han tenido un ictus tienen problemas para tragar. Su detección precoz es de vital importancia, ya que los atragantamientos o la malnutrición pueden comprometer la vida del paciente.
  • Disartria: dificultad en el control motor de la musculatura, se altera la articulación de las palabras. El paciente es capaz de expresarse, pero no se le entiende bien cuando habla.

Estos trastornos dificultan el día a día de las personas que han sufrido un ictus, por este motivo cobra vital importancia la labor del logopeda con el fin de recuperar las funciones de la vida cotidiana y que las secuelas sufridas tengan el menor impacto posible para el paciente.